Friday, May 19, 2006

Las Profecías De Agamí-Non y el Capítulo Inconcluso.

A Vitico Cabrera, la fuente de inspiración para esta alegoría


El libro talmúdico y apócrifo de Agamí-Non, hijo de Abner II, de la descendencia de Absael en la ciudad judía de Galilea, fue escrito unos 100 años antes del nacimiento de Jesucristo. Los rollos que contienen el manuscrito original en lengua aramea, fueron encontrados en una cueva semioculta al costado de un promontorio del monte Ecleron, envueltos en una manta roja que al parecer fue rociada con una extraña esencia viscosa de azahar que preserva cortezas y raíces e impide la penetración de cualquier humedad corrosiva.

El libro consta de 7 capítulos, cada capítulo es una profecía que enmarca un periodo definitivo en el devenir de la humanidad.
El primer capítulo habla de la época en que Jerusalén seria destruida, sin precisar los motivos ni los detalles de dicha destrucción.
El segundo capítulo profetiza sobre el florecimiento de las Artes, que al parecer concuerda con el período del Renacimiento.
El tercero predice el dominio hegemónico de los Césares y su extinción en manos de un cruel gobernador que bebía sangre y se acostaba con las bestias, lo cual apunta inequívocamente a la personalidad de Nerón.
El cuarto habla del surgimiento de un poder político religioso casi universal, que muchos concuerdan en atribuir al catolicismo romano.
El quinto relata la aparición de la máquina y de cómo el hombre dejaría de ser hombre para emular cada vez más la semejanza con sus propios inventos.
El sexto explica el intento humano de prolongar su ciclo de vida a través de medios no religiosos o filosóficos, y a base de sofisticadas aleaciones de los metales, el agua, el fuego y el barro.

Del séptimo y último capítulo solo aparece una página. Lo curioso es que fueron arrancadas tres páginas finales, probablemente dos de ellas pertenecientes al desglose del capítulo y una página final que pudo ser la concluyente del libro.

He visitado personalmente el Templo de Baranderien en el norte de Palestina para constatar la existencia del libro y para indagar sobre si las tres páginas faltantes del capítulo final fueron arrancadas por su autor, y si no, quien o quienes pudieron haber perpetrado la acción. Al penetrar la sala en claroscuro donde yacen guardados los manuscritos, me ha sorprendido enormemente leer el contenido de la única pagina de aquel último capítulo.
En claro Arameo, leo lo que Agamí-Non predice:

"Y he aquí que habrá una primera y segunda ola para la humanidad, las bestias temerán al hombre animal, el sol dejará de calentar como antes, la luna se avergonzará de alumbrar por las noches, el mar se ensañará contra la tierra, los vientos arremeterán contra las aguas. Y acontecerá que desde una isla jamás conocida, ha de crecer hasta la mediana edad un hombre sencillo, padre ejemplar. Un hombre Mesías que ocultará en la frondosa barba que cubre su mandíbula, el oráculo de la vida, el misterio de las generaciones venideras, el signo de la redención, un poeta, un artesano, un trasmutador de imágenes. El escribirá tres claves en un pizarrón agitado por la electricidad del aire., tres claves que todos leerán a la misma hora y a un mismo tiempo. Cada clave tiene una frase que encadena a la otra, cada clave es también una imagen mítica, un Daedalus, un rito clarividente. La primera será una huella recogida de la arena y que nunca se disipará ni borrará, esa huella significará la aleación del todo con la nada. La segunda será un camino bifurcado y tripartito que se llamara "La Premonición de los tres caminos", que representa la trilogía de la fecundación, la exaltación a la madre procreadora de todos los hombres. La tercera, es un platillo luminoso abstraído entre flores que nunca se disecan, es la alegoría de la esperanza humana que jamás morirá".

Allí concluye la página, no sabemos que más dijo o pudo haber escrito el profeta, ni porqué aparecen arrancadas las páginas

Al correr de los años, siempre he intentado ubicar aquella isla a la cual se refiere el profeta hasta que cierto día un sacerdote judío de Long Island se interesa en un artículo mío que trataba del manuscrito y que fue publicado en una revista del Touro College de Brooklyn. El sacerdote me cita para facilitarme alguna información que según el podría interesarme. Al entrar a su escritorio sobre la mesa estaba un viejo libro titulado: "El profeta Agamí-Non y las tres páginas perdidas."

Leí el libro y no podía salir de mi asombro. Leí que las enseñanzas de Agamí-Non provocaron enconadas reacciones del Sanhedrín, el concilio mayor de fariseos y sacerdotes judíos, sobre todo cuando el profeta predicaba que el mesías seria un gentil no de piel blanca ni morena, sino entre ambas. Así que le acusaron de blasfemo desterrándole al desierto y quemando todos sus manuscritos. Tambien leí que de acuerdo a otros apuntes del profeta Agamí-Non este Hombre-Mesías llevaría por nombre Víctor. Para justificar lo de Víctor, cita su origen y etimología:

"Víctor tiene su procedencia en el latín víctor, siendo su significado: vencedor, victorioso. Mientras vincens corresponde al participio presente, víctor se refiere a la cualidad de vencedor. Se sabe que fue un nombre popularísimo durante los primeros siglos del Cristianismo, pues con él se pretendía honrar la victoria de Jesucristo. En la Edad Media disminuyó de forma considerable su uso. Más tarde recobra cierta popularidad y se extiende por una gran parte de Europa, principalmente después de habida la Revolución francesa. Con la archiconocida y vieja exaltación del patriotismo del siglo XIX, recobró cierto resurgimiento que se ha retornado en retroceso en el siglo XX, aunque su femenino: Victoria es, y sigue siéndolo, muy usado. "

Al final el amanuense declara que este Víctor habría de nacer en La Isla La Hispaniola, porque es la primera isla americana cuyo descubrimiento reafirma el inicio y reconocimiento de un mundo nuevo". No le di mucha importancia a esta teoría, hasta que hace poco revisaba algunoss blogs y me encontré con un Víctor dominicano, pintor, fotógrafo, poeta y artista. Mi asombro llega al tope al descubrir significantes coincidencias entre las profecías de Agamí-Non y el contenido de su blog. Veamos:

Señales:
1... La primera es una huella recogida de la arena y que nunca se disipa ni borra, esa huella significa la aleación del todo con la nada.
Ver este post: "La Nada
2…. La segunda es un camino bifurcado y tripartito "La Premonición de los tres caminos", y representa la trilogía de la fecundación, la exaltación a la madre procreadora de todos los hombres.
Leer este post "La Premonición"
3...La tercera, es un platillo luminoso abstraído entre flores que nunca se disecan, es la alegoría de la esperanza humana que jamás morirá
Leer La Abstracción .

No son maravillosas estas coincidencias?

Tal como dice el poeta Nimramal: "La casualidad es la excusa de quienes sólo atinan a escudriñar en la superficie. Quienes van más alla, y penetran al misterio de los misterios saben que nada es casual y accidental, todo sigue un orden natural y encadenado"

Sunday, May 07, 2006

Añoro el verde profundo de los parques

Por Giselle
De su Blog Literhartura

Añoro el verde profundo de los parques
y la lluvia,
a los taxistas negros regateando en Tottenham,
el calor húmedo de la moqueta
áspera.
Tu pecho y tu brazo.
A las palomas sucias de Trafalgar Square,
los campanarios.
La noche prematura sobre las calles grises.
Tus grandes ojos.
Comprar fruta en la plaza.
Los teatros y sus grandes carteles
incomprensibles. El sueño.
Aquel sueño remolón, insatisfecho siempre,
que veía amanecer demasiado temprano.
Echo de menos verte, inevitablemente.
No hay motivo (y sin motivo nacen,
lo sabes, la belleza y el desastre).
No es el amor, amor;
no sé de amor más que de matemáticas,
apenas que lo que tiende a infinito
suele ser el límite de una incógnita,
como cuando parece que un beso no se acaba,
pero sólo parece, y nadie sabe.
Así que sin amor y sin motivo,
igual que aquel placer de pronto y mudo,
te echo tanto de menos a veces que me harto,
y me pongo verdosa y no sonrío.
Y James Street y un eco de palabra italiana,
y jazz en las esquinas y voraces tizones
quemándose en terrazas junto a turistas
frescos.
La noche salpicada de diminutos soles,
bajo cuyas columnas algún borracho mea.
Añoro hasta las putas que se anuncian
junto al teléfono público.
Y a los chinos con sus CD´s portátiles.
Y el bullir de la hora punta bajo tierra.
Y las academias.
Y las agencias de empleo.
Y todo lo que te dibuja en la distancia
como una instantánea inmóvil.
Indeleble.